Lugares Turísticos

LAS 3 CASCADAS

El circuito abierto al público comprende una caminata de un kilómetro y medio, por un sendero de tierra rodeado de vegetación propia del Chaco, algo agreste, por lo que se recomienda utilizar zapatillas de trekking, poleras o camisa manga larga, para evitar rasguños en la piel. A pocos metros, antes de llegar al atractivo se puede avistar una muralla natural, desde donde cuelgan plantas nativas. En el lecho de río están desparramadas grandes piedras; una de ellas se asemeja a una tortuga gigante.

A medida que se avanza, el clima se siente más fresco. El sendero se abre de a poco hacia una gran planchada de piedra. De fondo, una imponente cascada con tres caídas de agua, cada una con piscinas naturales. En este lugar se puede disfrutar de un día familiar, con amigos o en pareja. Por el momento, no se ha establecido el sistema de cobro, pero se recomienda visitarlo con un guía local.



LA PIEDRA MARCADA 

A tres kilómetros y medio del área urbana de Cuevo, en la comunidad de Mandiyuti, a la vera del camino se encuentra una reliquia de la época de la Guerra del Chaco. Se trata de la Piedra Marcada, una pieza que lleva tallado el nombre del Regimiento Paucarpata V de Ingenieros, que levantó su campamento en esa zona durante el conflicto bélico de la Guerra del Chaco. 

A pocos metros de este punto, bajando por un sendero hasta la orilla del río, un líquido negro emana a flor de tierra, proveniente de pequeñas venas subterráneas; se trata de petróleo. Este elemento es aprovechado por los comunarios porque consideran que tiene propiedades curativas.





GRANJA  AGROTURÍSTICA LOS VATOS


La granja agroturística Vatos está ubicada a solo tres kilómetros del centro urbano de Cuevo, en la comunidad de Mandiyuti. Allí se cría ganado vacuno, se produce leche, queso, hortalizas y miel de abeja, entre otros productos de campo. Esta granja recibe a turistas los fines de semana con una oferta gastronómica que incluye como plato estrella el lomo al trapo, un preparado de carne que es salada y envuelta en un paño humedecido en vino y cocido sobre las brasas. Además de disfrutar su exquisito sabor, apreciar el proceso de preparación es parte de la experiencia que ofrece.
También se sirve desayuno campestre, que incluye la ambrosía, una mezcla de licor con leche ordeñada ante la mirada del visitante. El matambre a la pizza, chancho y chivo a la cruz y el queso parrillero, son parte del menú para el almuerzo. 







MISIONES FRANCISCANAS 

En 1755, los frailes de las misiones franciscanas fundaron 22 misiones, una de ellas fue la de San Juan Bautista, de Cuevo. Esta iglesia, declarada Vicariato Apostólico del Chaco, guarda en su interior parte de la historia de la llegada de fieles católicos. En varias salas se puede observar atuendos antiguos, maletas de cuero, documentos de la época, muebles y otros enseres. Este sitio se abrió recientemente al turismo. 
En el recorrido, que toma aproximadamente 45 minutos, además del pequeño museo, se puede conocer el interior de la iglesia, el patio donde producían la vid y cavas de vino de aquella época. 
Una de las fechas más importantes del pueblo está relacionada con la iglesia. Se trata del 24 de junio, fiesta patronal en honor a San Juan Bautista. Dicha festividad también es ideal para el turismo, porque una de las actividades que atrae a los visitantes es el bautizo simbólico que realiza el párroco a orillas del río.



MUSEO DE LA GUERRA DEL CHACO

Durante la Guerra del Chaco, en la que Bolivia se enfrentó con Paraguay, Cuevo fue una base militar de importancia. En la iglesia se instaló un hospital de sangre, las religiosas y muchas mujeres del pueblo hicieron de enfermeras, mientras que algunos lugareños habilitaron sus casas como oficinas para el trabajo castrense. Pese al transcurrir del tiempo, el pasado bélico está marcado en este destino. Por ello, una parada obligatoria para los visitantes es el Museo de la Guerra del Chaco, que se encuentra a media cuadra de la plaza principal, en el Regimiento Bullain IV de Artillería.  En el lugar se puede apreciar los vestigios de lo que fue el armamento de la época, herramientas, uniformes, fotografías y enseres que utilizaban los soldados. En el patio, los militares a cargo del museo muestran con orgullo un par de tanques de fabricación alemana que aún funcionan. 








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